Compuesta por varios miles de millones de bacterias, la microbiota intestinal hace de nuestro intestino delgado no sólo el principal protagonista de nuestro bienestar digestivo, sino también un auténtico segundo cerebro. ¿De dónde procede esta microbiota? ¿Cuáles son sus funciones? ¿Cómo podemos cuidarla? ¡Te lo explicamos todo!
Sommaire
La microbiota, un frágil equilibrio
Entre dolores y molestias, rara vez nos olvidamos de nuestro vientre. Y por una buena razón: alberga uno de nuestros órganos más grandes y complejos: el intestino delgado. Este tubo, que mide unos 7 metros de largo y tiene una superficie del tamaño de dos pistas de tenis, es el lugar por excelencia de la digestión.
Entre los cerca de 100 mil millones de microorganismos que cohabitan allí, para formar lo que se conoce como microbiota intestinal, encontramos un gran número de células inmunitarias, pero también unos 200 millones de neuronas, permanentemente vinculadas a nuestro cerebro a través de la dopamina y la serotonina : dos de las llamadas hormonas de la felicidad.
Al menor desequilibrio en este gigantesco refugio de microorganismos, llegan los problemas : desde simples trastornos intestinales, hasta verdaderas intolerancias, pasando por un sistema inmunitario debilitado o incluso una tendencia a la melancolía.
¿Cuáles son las causas de una microbiota desequilibrada?
Una microbiota alterada y desequilibrada -conocida como disbiosis- es, por desgracia, una dolencia común en nuestros países industrializados. Entre las causas más comunes :
- Estrés : directamente conectado a nuestro cerebro a través de neuronas y hormonas, el estrés puede contribuir en gran medida a alterar el delicado equilibrio de nuestra microbiota,
- Una mala alimentación : una dieta desequilibrada, demasiado rica en carne o grasa, ralentiza la digestión y favorece la fermentación y la producción de bacterias malas,
- Un tratamiento con antibióticos : los antibióticos son una causa de destrucción bacteriana, lo que priva a la microbiota de ciertas bacterias que le son preciosas y altera su bello equilibrio.
- La obesidad, la diabetes o los trastornos metabólicos pueden crear un desequilibrio en la flora intestinal,
- Por último, la contaminación atmosférica también estaría incriminada en la disbiosis.
¿Cuáles son los signos de una microbiota desequilibrada ?
Las señales de una microbiota desequilibrada son tan numerosas y variadas como las diferentes funciones de las bacterias, levaduras, neuronas y células inmunitarias que la componen
- Trastornos digestivos : hinchazón, flatulencia, diarrea, estreñimiento, espasmos, dolor abdominal
- Infecciones fúngicas recurrentes
- Aumento de la sensibilidad a las infecciones estacionales
- Trastornos del estado de ánimo
- Alergia
- Fatiga
Aquí es donde entran en juego los probióticos, capaces tanto de restaurar como de nutrir una microbiota debilitada o desequilibrada.
Probióticos : ¿qué son ?
Los probióticos son organismos vivos -bacterias o levaduras- presentes de forma natural en nuestro cuerpo. Se encuentran de forma natural en ciertos alimentos fermentados como el yogur, kéfir, kombucha, chucrut, miso, levadura de cerveza y encurtidos.
Tomados en cantidades suficientemente importantes, en forma de un ciclo de complementos alimenticios, son capaces de limpiar la flora intestinal, restablecer su equilibrio y, por lo tanto, mejorar los síntomas ligados a su desequilibrio. Los pepinillos y la levadura de cerveza son muy beneficiosos para la flora intestinal.
Probióticos para mejorar los trastornos digestivos
Sabes perfectamente que digieres mal la lactosa y que el gluten tiende a hincharte. Pero en la práctica, no siempre es fácil examinar todos los ingredientes de tu plato, y mucho menos clasificarlos.
Comer alimentos que nos resultan difíciles de digerir puede provocar problemas digestivos. Esto altera gradualmente las vellosidades intestinales y afectan al equilibrio de la microbiota. Se establece entonces un verdadero círculo vicioso, ya que cuanto más frágil es la flora intestinal, más problemas digestivos aparecen.
Tomar probióticos es muy recomendable para romper este círculo vicioso, reparar el revestimiento intestinal y reequilibrar la microbiota.
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Probióticos para mejorar la inmunidad
Es en el intestino, y por supuesto en su rica flora, donde se juegan varias etapas cruciales en el desarrollo de una buena inmunidad.
En primer lugar, las vellosidades de la mucosa intestinal ayudan a impedir el paso de microorganismos maliciosos al organismo. Sin embargo, en el caso de una microbiota alterada, estas vellosidades pierden su relieve y eficacia.
Entonces, el sistema inmunitario, con casi el 70% de sus células inmunitarias contenidas en la pared intestinal, se desempeña en gran medida dentro del propio intestino. Por lo tanto, un desequilibrio en la flora es capaz de alterar el funcionamiento de estas células y, por lo tanto, afectar a la inmunidad.
Por último, la propia microbiota intestinal, con sus miles de millones de bacterias, forma una barrera contra los agentes patógenos responsables de las infecciones.
Con una microbiota debilitada, somos más propensos a las infecciones víricas y bacterianas. Por lo tanto, se recomienda encarecidamente un tratamiento con probióticos para reparar la flora y reforzar la microbiota.
Probióticos para el buen humor
Algunas bacterias probióticas son capaces de secretar sustancias neuromediadoras, desempeñando un papel en los fenómenos de ansiedad y depresión, conocidas como «psicobióticos» (1).
Varios estudios han analizado los efectos de los probióticos sobre la ansiedad (2), la depresión (3) y el trastorno bipolar (4).
Todos ellos han destacado la importancia vital de los probióticos y subrayado su prometedor interés terapéutico en el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo.
Como te habrás dado cuenta, los probióticos no son solo una cuestión de tránsito regular, y mimar tu microbiota intestinal es la piedra angular de una buena salud, tanto física como mental.
1- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23759244/
2- https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/dth.12506
4- https://www.sciencedaily.com/releases/2018/12/181213083653.htm